viernes, 4 de octubre de 2013

Comunicación, deseos y otras mentirijillas

No estoy inspirado hoy, pero me viene bien desenrollar un tema. Es esencial admitir primero un punto: La crueldad e indiferencia con la que tratamos los deseos de los demás. Quizá no parezca tanta, porque nos preocupamos por su integridad, por su salud, hasta por su bienestar, pero en cuanto a esos deseos, los despreciamos, juraríamos que no pertenecen a nuestros allegados, que son signo de su confusión, o de su malestar.

Admitido esto, hay un deporte nacional que, desde luego, es moralmente inadmisible, y que sin embargo lo disfrutamos todos en gran medida: Recompensa o castigo.

Vivimos cada día pensando en lo que está bien y lo que está mal para nosotros. A veces nos enfurecemos, a veces llegamos a una actitud que más de uno ridiculiza calificándola de "mamarsela a alguien" en sentido metafórico. Pero lo general son gestos mucho más sutiles. Una risa, una mirada, una palabra dicha entre algodones... Queramos o no, expresamos nuestra opinión sobre las cosas, sea asco, indiferencia, placer, amor, odio... Y está bien.

Imagínate que no nos decimos lo que nos gusta y lo que no. Cómo llegaríamos a acuerdos? Cómo conquistaríamos a nuestra futura pareja? Cómo entablaríamos amistades? Es necesario castigar unas cosas, y recompensar otras, levantar o bajar el pulgar.

El problema está en cuando uno no sabe qué es necesario, qué es deseable, ni siquiera qué no va a rechazar cuando lo tenga.

Es una charada monumental, que puede llevar a situaciones desastrosas. Mi mantra? Primero solucionarse los problemas uno, y después solucionarse lo que surja. No se puede esperar que venga del otro la solución, o que el otro es el culpable de su frustración. No, el amor es una putada, y sólo los que son felices por sí mismos pueden saborearlo.

martes, 25 de junio de 2013

Enamoramiento y Amistad

Al margen del amor profundo, guiado por la experiencia y no por las expectativas, es inevitable encontrarse con alguien que llame la atención. Todos tenemos una serie de deseos, que plasmamos en actitudes, en palabras, en estética, en físico... Cada cual según lo que valora, claro.

Cuando nos encontramos con alguien con un buen número de esas características que valoramos de forma prejuiciosa, puede saltar la alarma hormonal. Buena pareja a la vista, focalicen el objetivo. La atracción es mayor o menor, más o menos abrupta, pero todo lo que sube tiene que bajar si no encuentra un zepelín en el que amortiguar. Y puede bajar poco a poco, o puede agotar todo el combustible y de repente comenzar la caída libre.

Partiendo de que es algo estúpido (que puede que salga bien, pero no hay motivos para saberlo, al contrario) decidirse por esa pareja, sobre todo si ya se tiene una que ha demostrado cómo es realmente (a medio y largo plazo, que cambian mucho las personas), y con la que no nos guiamos por suposiciones y apariencias...

La única opción es controlar la caída. Caída va a haber, y pensar que todo puede ser chupiguay para siempre es imposible. No es lógico sentirse amigo del alma de alguien que se conoce de dos meses, por muy buenas maneras que apunte esa persona. Y la primera señal es ver cómo adelanta a personas que han demostrado cosas con el tiempo, y no en una tarde. Repito, puede ser una persona maravillosa... o no. Y hay que tener prudencia.

Si no se escoge la prudencia (el bajar un poquito, y después subir otro poquito... de manera que a uno le de tiempo de llegar a muchos metros sobre el nivel del mar, pero no saltando, sino construyendo el edificio) se está condenado a que todos los buenos sentimientos se vuelvan, en parte, contra uno mismo de golpe.

Es injusto (a lo mejor la otra persona es la primera interesada en seguir acercándose), es rancio (como eso de "qué pena que seas lesbiana", que hay que decirlo con cuidado y confianza para no herir sensibilidades), y desde luego es egoísta (¿Qué tiene de malo admitir que no se es el mejor del mundo, y una persona que parece maravillosa debería estar con otro que no fuéramos nosotros?), pero uno siente rechazo sexual, sin haberse ofrecido (conscientemente).

¿Cómo sobrellevar esto? Construir un edificio desde la altura a la que estamos es difícil (siempre se pueden poner andamios hasta abajo, pero fácil es que no asienten bien). Bajar hasta abajo y empezar bien puede ser mortal para la relación y para el espíritu de uno. Lo más conveniente, un poco de asepticismo y un poco de indiferencia (sin llegar a romper el lazo ni mucho menos) para bajar poco a poco, y cagado de miedo, hasta una altura a la que los andamios puedan asentarse sobre el castillo de arena que ha ido construyéndose bajo nosotros.

jueves, 13 de junio de 2013

Alcohol Proof

Proof es una escala de alcohol tradicional en Inglaterra que va cayendo en desuso. Data del siglo diecinueve, cuando se llamó 100º Proof al ron que, al ser absorbido por la pólvora, estaba justo en el punto de no arder. Con menos de 100 tampoco ardía, claro. Estos 100 proof coinciden con 57'15% de alcohol en volumen.

Esto viene del absenta. Recordaba haber oído algo de los efectos de las bebidas alcohólicas por sustancias que no eran alcohol. En la verdadera absenta, hay un alucinógeno que se controla hoy en día (y quien no sabe de absentas, pues se bebe cualquiera, que a lo mejor ni lleva éste).

Uno concreto, el Mata Hari, me dijeron que hacía dejar rastro de caracol a cualquier mujer que lo bebiese. No sé si me arriesgaría a tener sexo con una mujer que lleve tres de absenta, la verdad xD

Esto viene de lo difíciles de encontrar que son las mujeres babosas. Igual tengo yo razón, y las mujeres son más sexys que los hombres.

Y esto viene de la cantidad de parejas frustradas que hay en el mundo. O que no se entienden, o que están hartos el uno del otro, o que simplemente no disfrutan del sexo, quizá porque no lo practican.

miércoles, 29 de mayo de 2013

El rollo sociosexual

Si alguien tuviera el valor y la resistencia para haber leído los dos posts anteriores se preguntaría... "¿Y a qué viene esto?"

Esto viene para expandir mi neurosis de forma higiénica. Llevo muchos años sin capacidad para controlar la cantidad de pensamientos infructuosos a lo largo del día. Quizá debería salir a correr (voy a hacerlo), dedicarme más a los estudios (voy a intentarlo), y disfrutar de este paraje en el que me toca vivir por ahora (ya hago lo posible, creo). Pero tengo una profunda adicción por darle vueltas a las cosas, por intentar adelantarme a los acontecimientos. No creo que sea un trastorno paranoide ni esquizofrénico. Simplemente pienso y pienso en condicional, sobre cosas pasadas y sobre cosas futuras.

Lo he hecho con la literatura. Aunque nadie le guste, he escrito un par de frases, nada serio, sobre fantasía que relaciona la ciencia ficción, el mundo de la magia y los poderes y alguna que otra cosa más. También lo he hecho con el rol, intentando crear mundos de fantasía de los que poco ha quedado. También lo he hecho con filosofía y política. Y ha sido formativo, aunque no haya producido muchos cambios en mi vida.

Ahora le toca a la sociología/psicología, supongo. Al igual que Freud intentó relacionar los objetivos de la psique con los del animal que somos en el fondo, yo quiero hacer un intento de intento, por entretenerme.

El objetivo de esto no es aprender a tratar con las personas, o analizarlas. El objetivo es básicamente lúdico. También tiene su peso como racionalización del libre albedrío.

Ya me han hecho notar, con mucha razón, que la racionalización no es la solución a nada. Por supuesto que no, pero no viene mal a la hora de formular hipótesis.

Y estas hipótesis requieren un lenguaje. No busco aspirar al matemático, mucho más perfecto de lo que se pueda hacer hoy en día con las personas. Sólo se trata de hablar de los comportamientos sociales con objetivos materiales. Las cosas no se hacen por hacerlas, y decir que es para sentirse bien es quedarse a medias. "Sentirse bien" es como una sensible en armonía, necesita una resolución, un "porque" o un "para".

Amor, felicidad, miedo... son sensaciones que sólo apreciamos fuertemente en humanos. En otros animales podemos sentirlas también, pero sólo en situaciones en las que la causa de esa emoción es fácil de ver. Al igual que no podemos sentir el miedo y la felicidad de otros animales con la sutileza que sentimos los nuestros, tampoco es nada fácil, casi imposible, desentrañar la causa de estas sutilezas.

Y aquí viene el poco metodismo científico que se puede utilizar: lanzar una hipótesis y ver si cuadra con el mundo. Para ello, extraer conclusiones. Muchas conclusiones, conclusiones que no hemos observado aún en la sociedad, para evitar lo peor de la situación, caer en pseudociencia barata.

La pseudociencia se caracteriza por muchas cosas. Una de ellas es explicar cosas que ya se conocen basándose en la experiencia y en un intento de lógica PERO sin descubrir ni predecir. Ciencia es la que predice, no la que explica o la que descubre. Ciencia es la que funciona. Y ese es el camino: descubrir algo que no sepa, y, por supuesto, falsarlo con todo el odio que puedo usar hacia mis propias estupideces, que es bastante pero no mucho.

(Próximamente quizá haga una serie de episodios amorosos, para recordar lo que sentí y lo que hice, con objetivo de no ser un infeliz a la altura de cómo lo fue James Ellroy, véase su autobiografía "A la caza de la mujer")

jueves, 23 de mayo de 2013

Conductas pseudosexuales

Vamos a seguir con el rollo raro de la entrada anterior:

Conductas pseudosexuales como actividad social común. La hipótesis inicial va a ser: Dar salida a un interés sexual sin intención de realizarse, es decir, mostrar cariño. Objetivo: ganar pretendientes adecuados (no en número sino en calidad), como el de cómo ser con los demás.

Este rollo raro va a ser llamado a partir de ahora, perspectiva sociosexual. Por qué? Porque al revés mola menos, y por qué precisamente estudia los comportamientos sociales desde el objetivo de conseguir sexo de calidad, con pretendientes adecuados, con buenos genes al menos en apariencia (no sólo física, pero al fin y al cabo apariencia es mientras no se demuestre que los genes busquen otra cosa que no sea aparentar, como a muchos les gusta).

Elaboremos una conjetura: Con estas conductas pseudosexuales (que un animal sólo haría prácticamente como acercamiento al sexo) se busca una conexión social. Una referencia. Si te das dos besos con una persona que es atractiva, agradable e inteligente para el espectador, el espectador piensa de ti que eres... una persona normal. Quizá no eres una mala persona, o no eres tonta de remate, pero la referencia que tiene el espectador de ti es buena pero completamente etérea: Darse dos besos es una conducta pseudosexual, un gesto de cariño, normalizado.

Sin embargo, darse un abrazo, cogerse de las manos y pegar botes mientras se dan grititos, decir te quiero en plan amistoso, hacerse el gesto del cunnilingus o guiñarse el ojo de cachondeito no están normalizados, unos más y otros menos. Cada gesto tiene de por sí unas connotaciones, porque precisamente el no estar normalizado limita la experiencia de ese gesto, y eso provoca prejuicios. Si el espectador lo ha visto hacer a un tipo de gente, si ve alguien que lo haga probablemente sea de ese tipo de gente. Si ese tipo de gente tiene algo en común, probablemente el espectador piense que tienen algo en común quienes acabe de ver haciéndolo con quienes había visto hacerlo.

Pero aparte de esto, si uno se imagina personas haciendo cosas de ese tipo, está claro que cuanto más se acercan a actividades de pareja, cuanta más confianza parece haber (porque parece necesaria para hacer algunas de esas actividades) entre esas personas, más posibilidad de pensar que tengan algo en común, no con quienes se conoce que hacen ese gesto (que también) sino entre las dos personas.

Así, el cariño entre esas dos personas se vuelve un vínculo que las beneficia en la medida en que el espectador opina de la otra. El espectador estaba viendo a una chica atractiva, agradable e inteligente y a otra. Es decir, conoce a una de ellas, que llamaremos chica A. A la chica B sólo la conoce físicamente (pongamos que es algo menos atractiva que A, p.e.). Cuanto más cariño demuestre A por B, mejor imagen tendrá el espectador de B, sin conocerla. Sin embargo, si B muestra más cariño por A que A por B, se invierten los roles, y B pasa a ser cariñosa, quizá, pero no del interés de A como antes.

A estaba demostrando en el primer ejemplo una conducta psedosexual. Y le estaba dando al espectador una buena referencia de B. Si B mostrara más o menos cariño hacia A es prácticamente indiferente. Repito que A es la referencia del espectador, es la chica de las dos que él conoce. Y son los gestos de A los que el espectador valora de B, y no los de B.

Si B mostrara más cariño que A, no es que se valorase negativamente el cariño de B: Es que lo que se valora es el contraste, que A da menos cariño, y por ello parece cariño negativo, aunque quizá sólo está cansada y por eso no sonríe tanto como es habitual en ella.

Así que estos gestos tienen un valor, una unión tribal, no es sólo decir delante de los demás mira qué bien me cae mi amiga, doy fe que es buena gente. En los humanos hay profundos mecanismos sociales, luchas de poder y también tratados de paz, entre cada pareja de individuos que interactúan.

Y ello nos lleva a reinterpretar los gestos de pareja. La finalidad no es ayudarse el uno al otro a ligar, pero estas conductas tienen un efecto retroactivo: Intentamos decir, valoro a mi pareja, y ella me valora, y ambos intentan impregnarse de la imagen que la sociedad tiene del otro.

Por qué iba a hacer eso un animal? Para conseguir buenas referencias. Para encontrar al Otro.

lunes, 20 de mayo de 2013

Cómo ser con los demás?

Vamos a intentar tratar esto de manera biológico-evolucionista-sociológica-guay. Esto es, explicando el fundamento animal ("Los pájaros no van en bandadas porque se caigan bien entre ellos: se caen bien porque la bandada les beneficia"). El que no le guste o no lo entienda pero no tenga nada constructivo que decir, que le jodan haber estudiao que lo pregunte y se le contestará con toda la amabilidad disponible, que yo creo que suele ser la suficiente o más, aunque todavía es un campo en desarrollo en industrias Iozu&co.

De lo que quiere conseguir uno de los demás se hablará otro día porque hoy no me interesa. Seguro que sería mejor al revés, pero sorpresas te da la vida. (Es decir, que hoy estoy motivado para esto, y para lo otro, pues la verdad, es camisa de once varas en este momento).

La pregunta es cómo conseguirlo. ¿Cómo acordar, no verbalmente, ese intercambio de favores? Está claro que hay cosas que conseguimos a cambio de otras, pero cuando hablamos en términos de neurosis, si me permites la locución, el acuerdo es bastante más complicado, más sutil.

¿Por qué? Porque lo que yo llamo la paja mental (conjetura neurótica sobre la que asienta cualquier ser humano parte de su felicidad de manera completamente gratuita y estúpida) número uno es "Quiero esto, y lo quiero gratis, sin dar nada a cambio. Que la gente me ame por como soy, sin esforzarme."

Ya se me ha escapado la palabra mágica en cuanto uno habla de neurosis: amor. Este amor es una de las cosas que uno quiere conseguir de los demás (mecachis, que no quería yo hablar de eso hoy). Y se le llama amor, aunque no tenga que ver con el coito, por un motivo muy importante: por su semejanza con lo que da una pareja.

En el reino animal (póngase un documental de la dos cualquiera en mute y este texto sonando de fondo con loquendo si le apetece) cuando los alimentos y la seguridad están satisfechos, el único bien por conquistar es el sexo. ¿Por qué? Ya sabéis, los que no se reproducen no dejan descendencia, los que no disfrutan (aunque sea medianamente) del sexo no se reproducen... al final, da igual si el sexo sirve para algo, pero mola (como el experimento de los monos, la escalera con el plátano arriba, y la ducha fría, que por cierto, no ha sucedido nunca realmente, que se sepa).

¿Cómo mola? Con quien mola. Por eso de que si un animal escoge una pareja con tres patas en vez de cuatro (por motivos genéticos) es posible que muchas de sus crías no sobrevivan, el sexo mola, pero con quien sea molón. Si los hombres tienden a escoger lo mejor de lo que encuentran y las mujeres tienen un mínimo y por debajo no hay tu tía aunque lleve un año sin, es una entrada pendiente. Estoy recopilando material porque se queda muy sosita, en mi cabeza al menos.

El caso es que vamos a lo mejor. Y cuando encontramos algo que nos convence, pues con ese para toda la vida y punto, que ha demostrado tener buenos genes y otras características para criar niños y formar un hogar. Mentira. Eso, para los inconscientes (que no el inconsciente, que eso es una parte de nuestra mente según Freud), para los que donde dijeron digo, dicen diego. No, jamás encontramos lo mejor, tenemos un Otro, como lo llama Rosa Montero (algún día cobraré por hacer publicidad de lo que voy leyendo), con lo que buscamos, con lo que admiramos, frecuentemente imposible, por contradictorio, porque cambia cada día, y porque muchas veces queremos algo que simplemente no conocemos y cuando lo tenemos, lo despreciamos, por no hablar de lo que despreciamos simplemente porque lo tenemos, aunque nos guste...

Total, que ese Otro sigue ahí, en búsqueda y captura. Aviso a navegantes, esto no quiere decir que no queramos a nuestra pareja, no, lo que quiere decir es que somos (unos) infelices, dependiendo de cuánto se aleje la pareja de nuestra imagen del Otro, pero un poquito siempre.

¿Problema? Los otros animales, seres mucho menos neuróticos (en general, que los loros no se quedan cortos, p.e.), con Otros mucho menos desarrollados (al final me convenceréis entre todos de que es una medida de neurosis, pero yo sigo buscando una fagotista cinturón negro doctorada en física cuántica) de un vistazo hacen una selección, y con poco más al matrimonio (algunas veces breve). Nada de noviazgo, no necesitan conocerse tanto (seguro que hay alguna excepción, ojalá la encuentre) como nosotros.

Entiéndase noviazgo como la fase de la relación amorosa antes de considerar que ésta es estable. ¿Para qué sirve? Pues porque si no se parece al Otro, no mola el sexo (Nota mental, explicar relación entre machismo, religión y neurosis femenina). Así que comprobamos si se parece. Y si se parece, seguimos comprobándolo. Claro, llega un punto en que la comprobación se basa en verificar que no cambia y que a poder ser mejore, pero con poquito que mejore, o incluso aunque empeore un poquito, nos apañamos. Definición de fase estable de una relación.

Pero en cualquier fase de la relación, incluso cuando no hay fase, hay un juego al que le encanta jugar a nuestros genes con nuestra conciencia: ¿Cuánto vales? Claro, uno quiere conseguir lo mejor, ¿pero cómo? Pues siguiendo la red de prioridades que nuestra consciencia, sin demostrarnos que son buenas o que son fiables de ninguna forma lógica y razonable, tiene para nosotros. Tengo que ser lo mejor para conseguir lo mejor.

¡Y volvemos a la paja mental número uno! "Quiero ser el mejor porque soy así, no quiero cambiar por nadie porque eso me humilla. Yo me quiero mucho, y los demás también deberían quererme, porque yo soy lo más, te lo digo yo, que me conozco y por eso me quiero".

Es que claro, queremos ser mejores únicamente para conseguir Lo mejor (lo más parecido al Otro que existe), para que Lo mejor nos aprecie, nos admire, así que nuestra regla de medir no sirve para nada. Lo importante es la de Lo mejor (y a cada rato es alguien distinto, lo que más se parezca al Otro que esté cerca, a la medida universal de distancia "sisalgocorriendofollo"), la del Otro a fin de cuentas. Un Otro que no existe más que en nuestra cabeza, pero que nos empeñamos en creer que la gente se le parece, y que por supuesto no tenemos ningún dominio sobre él. Menos aún que sobre la gente corriente.

Las comparaciones son odiosas. En este caso, también para el que compara. Así que nuestros genes nos mandan que vayamos por ahí haciéndonos respetar por la gente que tiene valor, con un empeño proporcional al valor que tengan según la vara de medir nuestra (pensaréis, por fin libertad: Pues no, ahora lo aclaro), y ya que nos ponemos, también por gente que nos pueda dar valor ante personas de valor (al igual que el conocido refrán "trata bien a una fea: siempre tendrá una amiga guapa", las acciones sociales tienen su importancia, no tanto por quienes te aprecien, sino por como hablen de ti).

Usar nuestra vara de medir no dice nada de nosotros. Recordad que esa vara es el Otro. ¿Cómo elegimos al Otro? Cuanto más inconsciente es uno, más absurda y desdocumentada es su escala de prioridades a la hora de hacer las cosas (poco tiene que ver con lo que diga). Es inevitable que el otro tenga defectos, o que se valoren cosas que aunque buenas no tienen importancia, mientras otras con importancia se minusvaloran o incluso se desprecian. Porque la red de prioridades la ponen nuestros genes, basándose en lo que ven desde que nacemos. Y no, no tienen cerebro: Nosotros sí, pero ellos evitan que lo usemos.

A todo esto, la forma en que nos controlan, el por qué jugamos con ellos, es porque tienen lo que queremos: Droga. Esos genes, ese inconsciente o subconsciente o superyo o lo que sea (ya me gustaría que alguien que leyera esto pudiera entrar en matices, porque para decir tonterías mejor me dejo la pata metida en el pantalón), tienen completo dominio de nuestras emociones, de lo que nos mueve a movernos, y lo que intentan es reproducirse y que sobrevivan los churumbeles, lo que decíamos. Que muchos no lo hacen bien? Oiga, nuestros genes también son personas.

Así que mejor dejo lo de cómo conseguir que nos valore el Otro para otro día, que se hace tarde.

viernes, 12 de abril de 2013

Amistades únicas

Hay amistades que merecerían llamarse amor. No amor carnal, ni siquiera un amor por convivencia, es más, tengo seguro que caer en querer más haría que los sentimientos por esa persona dejasen de ser especiales.  Hay veces que te enamoras de una amiga y le dices lo que sientes, pero que no la quieres perder como amiga. Pero cuando realmente estás satisfecho con lo que sientes, es cuando no le dices nada, y como en una cata de vino, degustas y escupes, no porque no te guste, sino porque quieres seguir sintiendo exactamente lo mismo.

¿Quién sería tan estúpido para querer comprobar si es amor o no, si puedes tragar y tragar sin perder el sentido del olfato? Yo tengo claro lo que siento. No quiero que sea amor, pero porque no quiero que cambie. Y aunque yo no amara a otra persona, y esa persona tampoco amara a su respectivo, no sería tan estúpido como para dejar caer la imagen que tengo y perder la ilusión de cómo pueden ser las personas. 

Porque la imagen de mi amada es perfecta, y real, y no la quiero menos por poder disfrutar de la dulzura de otras personas, porque sabe que la única dulzura real que tengo es la suya. Pero explícale eso a un moscardón como yo, dile "no, esa es irreal, o la pruebas de verdad o tira para la tuya". Oiga, yo veré lo que hago, que a quien más quiero es a mí mismo, y eso incluye lo que siento por mi novia y lo que siento por mi amiga, y no por tener de lo primero me tengo que quedar sin lo segundo.

Y hablando de amor, vaya semana me he dado yo solito. No podía dejar de pensar en que no podía seguir así, en que necesitaba más comunicación... Si pudiera firmar con sangre que no quiero preocuparme por la comunicación nunca más... Y todo para ir cayendo poco a poco hasta tocar fondo. Ayer noche acabé pensando que no la quería, que igual no sentía amor, acabé creyéndomelo.

Todo el estudio de la semana se me vino abajo. Sólo me faltaba no recordar mi nombre y mi dirección. Y a los dos minutos empiezo a acongojarme, diciéndome que quiero quererla, que no es justo, que quiero echarla de menos...

No sé a qué hora conseguiría dormirme, pero esta mañana me desperté antes de que sonase la alarma. Estaba enamoradísimo perdido, pero raro. Escuchar NSQMD de Sujeto K ha sido como ver la luz. Vaya estupidez, y como colofón, pensar que estaba rayándome así porque quería justificar mi amor de manera racional, y simplemente pensar que no podía saber por qué la quiero, resulta que me aclara las cosas.

¿Extraño, verdad? Bueno, así soy yo, así eres tú (me gustaría empezar a escribir en segunda persona, ya que básicamente lo leo yo, pero pasar todo a segunda persona del imperfecto... me da pereza, hazte una idea)

Te quiero, Imanol. No la cagues. A ver si la próxima vez que leas esto has hecho algo con tu vida. (Sí, no sé si te acuerdas, pero siempre te gustó meterte puyitas a ti mismo, no de cachondeo, sino a donde duelen)

viernes, 29 de marzo de 2013

El silencio

No hablo del silencio cuando abres la ventana y escuchas a los pajarillos cantar, sino de ese silencio pesado y horrible delante de una persona conocida. Se siente como si se agarrase al estómago mientras cae con aplomo hacia las profundidades de la tierra, nos entorpece el andar, la vista y la respiración. Como un secreto horrible, como un pecado inconfesable, sentimos que palpita en cada baldosa a manera de corazón delator.

Recuerdo haberlo sentido desde que tengo recuerdo. Ese miedo a decir algo que se sabe que no es del agrado de nadie. No porque se oponga a la voluntad de los demás, como un gol del equipo contrario, sino por ser una salida de tangente, como un gol en... un concierto de música sacra, por ejemplo.

Tengo cierto complejo de que me importen cosas que a la mayoría se la traen floja, no creo que sea del todo inventado invención mía. Quizá me importen demasiadas cosas, y sea uno de esos soñadores que no duerme a gusto en ningún colchón.

Era esta semana cuando me acordaba de las palabras de un amigo: Para la cultura oriental, la psoriasis es un caparazón creado por miedo a exponerse a los demás, ábrete y dejarás de necesitarlo. Ciertamente ya he oído hablar tanto de la neurosis de muchos psoriásicos, como de alguno que se ha limpiado cambiando de forma de ser, soltándolo todo.

Claro que me atrae la idea de soltarlo todo, conforme lo pienso. Tengo seguro que me beneficia emocionalmente, ya lo he probado por consejo de Giacobbe (Cómo dejar de hacerse pajas mentales y disfrutar de la vida), y con quien funciona el mundo se pone de colores. Pero no todo el mundo está preparado para eso, y aunque sé que no es culpa mía si lo malinterpretan, hay veces en las que me conviene que no lo hagan, para poder mantenerlos a mi lado.

No creo que les esté ocultando nada, son al fin y al cabo tonterías, pequeñas borderías que en nada me representan, y sin embargo la frustración de callármelas es de esas sensaciones que a cada segundo van creciendo hasta parecer insufribles.

Ahí llega el silencio y su pesar, y la oración pidiendo que surja un tema de conversación, el que sea. Y la preocupación de que no llegue, completamente desmedida. La mente se desespera y entra en estado jaculatorio, crece el eco de las palabras y la lógica se deshace como copos de nieve cayendo sobre mojado, hasta que llega un punto en que uno deja de preguntarse si hablar y entra en una espiral de neurosis que difícilmente sin ayuda es evitable.

Para eso está este blog. Para no explotar de mudez.

sábado, 23 de febrero de 2013

Soledad

Me doy cuenta de que llevo muchas entradas pendientes de continuar, pero antes de nada quería dejar constancia de lo que siento.

De pequeño pensaba que era un marginado, que la gente no me quería. Que estaba solo porque los demás no me apreciaban. No creo que estuviera muy equivocado, pero al pasar el tiempo me doy cuenta que parte de mi inactividad social debía ser culpa mía.

"Conservar las amistades" es una locución que está dando vueltas por mi cabeza. Últimamente no salgo, no es sólo por una cuestión económica, es que no me apetece dar vueltas para hablar por hablar.

Ya me di cuenta hace tiempo, cuando le dije a alguien que yo "no hablaba por hablar", que es algo que no sienta bien a nadie. Supongo que el resto de personas, o al menos muchas, sí que tienen cosas que decir o que preguntar. Yo, la verdad, no siento que tenga nada que decir. Quizá preguntar sí, pero preguntas incómodas, que o bien no pueden responderme o no quieren hacerlo.

Si tuviera alguna inquietud sobre esas preguntas, quizá me debatiría entre si hay que ser como a uno le sale, o como les resulte más cómodo a los demás dentro del abanico de actitudes que cada uno posee. Pero tampoco son cosas que me atañan, es más bien mi manera de preocuparme por los demás, esos problemas en los que intento ayudar a quienes aprecio, y si resulta que por pronunciarlas voy a aparentar que no aprecio su intimidad o lo que sea que protegen, pues no me beneficia, sinceramente, por muy sano que sea preguntar.

En conclusión, mis relaciones acaban siendo "laborales" y serias. Sin alcohol de por medio, y sin bromear sobre el tiempo que hace. Y con quien no coincido, ni lo veo.

Ayer Elena tenía fiesta. No tenía muchas ganas de salir, ni siquiera si hubiera sido con mis amigos, pero  habría salido. Ahora, estar con los amigos de ella, pues no. La conversación es nula, y mucho más cordial que si intentara hablar de algo.

Y pensé en salir. Con Jacinto, o con Jaime y Amanda, o con Jaime Reloj, o con Dani, o con Guiller y Sandra...

Sé que me lo habría pasado bien con cualquiera de ellos, y sin embargo sentía que no tenía nada que contar, que ya han pasado mucho tiempo sin mí, que para qué iba a llegar a "conservar la amistad", como si los tuviera puestos en vinagre, si ni siquiera estaba presentable para que entendieran que los aprecio.

Es difícil mostrarle aprecio a la gente. Un mal gesto y nuestro miedo nos dice no nos quiere. Yo soy el primero que lo admito, la obsesión por juzgar a la gente, por intentar actuar bien con los buenos y regular con los malos, nos lleva siempre a vivir sesgados, es inútil pensar que uno puede analizar la realidad y actuar en consecuencia. No podemos pensar nunca que estamos en lo correcto.

Hoy no tenía que levantarme hasta las doce. Debería haber llamado a alguien, preguntarle qué tal está, y sin exagerar pero sin cinismo, recordarle de una manera u otra que, en cierto modo, los quiero.

jueves, 7 de febrero de 2013

Europeísmo

Me pongo a escribir esto 6 años después de que el PP viniera anunciando la crisis. Llevamos 1 año de recortes que no acaban de provocar el pánico. Con sus manifestaciones, sí, 2012 ha sido un año lleno de ellas, incluidas dos huelgas generales, varias huelgas de justicia, de pilotos... Hace poco han empezado "las batas blancas" avisando de que se está destruyendo el sistema sanitario público (entre recortes y gestiones privadas pretenden disminuir su calidad hasta que se normalice la salud privada, hoy por hoy una rareza para enfermedades delicadas o urgentes por suponer todo un esfuerzo económico; para boyantes desesperados, vaya).


Hace ya tiempo que se habla de lo eficientes que son los alemanes, o de la putada que es tener su misma moneda, depende de a quién se oiga. Y digo alemanes porque es el símbolo actual de Europa. Hasta hace poco la derecha francesa hacía precisamente de su diestra, pero hace poco ha ganado el PSF y se ha dejado de hablar de "los franceses". Está claro que sigue siendo una mano de Alemania, pero ahora es más una mano izquierda, que consigue no salir en la foto y tampoco plantarle cara en nombre de otros países, cosa que no ha hecho nunca ni hará, como demuestra su historia.

Con símbolo actual me refiero a que va líder de pelotón. La canciller de hierro ha obtenido más éxito que Hitler en su invasión y, para España, Europa es Merkel. No sé si pensar que realmente ha conseguido poder en Europa a base de legislar para sí, si lo tenía desde el principio por su potencia económica y la de sus aliados, o si con tal de chuparle todos las botas la han terminado erigiendo emperatriz hasta que se den cuenta de la estafa. El caso es que se va dejando de hablar de rescate económico de España desde la UE. Por lo visto Alemania ha conseguido que el PP adopte las medidas de recortes que nos exigían a cambio de éste, pero sin que nos lo den.
No deja de llamar la atención que siendo 25, "unos por otros y la casa sin barrer". ¿Quienes están tomando las decisiones a nivel europeo? Hay que recordar que hasta hace unos años España recibía ayudas europeas (no sé si a crédito o verdaderas ayudas) pero temiendo ya que cualquier día se las quitarían por la reciente entrada de países más pobres. Una solución lógica sería impulsar más ayudas desde la unión europea
-¿Es la mayoría de derechas? +Como siempre

-¿Los países más ricos están en contra de dar ayudas? +Como siempre

-¿Los países que están recibiendo ayudas están en contra de que se ayude a más países? +Como siempre

-¿Los países que están en crisis están en contra de ayudar a otros países? +Como siempre
Y avisando al único hombre bueno para que huyera, Dios mandó quemar Sodoma y Gomorra.

Todo esto viene por un argumento muy corriente: Yendo para Ciudad-Real en el coche de Antonio estaba yo diciendo que claro, si nos juntamos como unión europea, lo suyo es que se intente equilibrar la balanza. ¿De dónde sacamos ese dinero? Pues del nivel de vida que lleva mucha gente, por supuesto. Pero por el momento, que los países que menos peor estén pasando la crisis ayuden a los que están en la cuerda floja del bienestar. Y me ha dicho Antonio que si dos personas empiezan desde un mismo nivel (hasta hace nada teníamos un tren de vida que para qué, creo que no es una locura compararnos con Alemania o Francia aunque sin duda ni los llegamos a rozar) y a uno le va mal y al otro bien, no es justo que el que lo ha hecho bien tenga que ayudar al que lo ha hecho mal.

No recuerdo muy bien qué le he dicho porque me he quedado pensando en la frase. Creo que algo de solidaridad, de unirnos frente al resto del planeta en vez de pelearnos entre nosotros.

La cuestión es: "No es justo que el bueno ayude al malo". Dejar claro desde el principio que ser justo exige tratar a cada cual de distinta manera, es decir, no es justo ser mejor con los malos que con los buenos. Hasta ahí de acuerdo.

Fraternidad: Eso que hacía tu madre cuando tu herman@ pequeñ@ no había terminado de hacer su cama y tú sí, y te decía que l@ ayudaras. Se me ha venido a la mente el ejemplo con el "no es justo". Sí es justo, y no voy a comentar el ejemplo y me voy a limitar a recordar que ser bueno no se gasta: No se trata de hacer una buena acción al día. Porque tengas más experiencia que otra persona no es justo trabajar menos horas, y porque tengas más tiempo libre que otra tampoco es justo que no la ayudes. Biblia y manta.

Pero no es sólo eso, es que este es un mundo muy estrecho el del euro. Con poco que uno gana más que otro, la balanza se desequilibra, es competencia directa. Es justo que alguien lo regule, aunque siga dejando algo de margen al que más haya ganado dependiendo de la filosofía que cada uno tenga, pero debe ser regulado.

Y además, competencia desleal, contando cada país con unas leyes, una historia, unos votantes...

Y además, arrancando no desde el mismo nivel. No olvidemos que los europeos no somos veinticinco inmigrantes sin un duro recién llegado a la tierra de las oportunidades, y a ver qué nos depara la suerte, el esfuerzo y la picardía (las tres, dignas de regular fiscalmente), sino que partimos de una Europa muy dividida, con países muy boyantes y países que aborrece su propia gente, económicamente sobre todo.

Y por supuesto, no hay que mencionar siquiera las leyes que han pisoteado los cuatro pícaros de oro, o cuánto le beneficia a unos cuántos países, me voy a ahorrar la obviedad, que otros tengan que pagar más intereses por su deuda (cuanto mayor es la prima de riesgo más pagamos por el crédito que recibe nuestro país).



Hoy me da por acabar con una plegaria.

Que los cristianos sean cristianos,
y demuestren amor al prójimo,
poner la otra mejilla,
fe, esperanza y caridad.
Que los ateos sean ateos,
y no den nada por sentado,
que creen ciencia, que hipoticen,
que se sirvan de la lógica,
que demuestren que el bienestar
atrae a la seguridad.
Pero sobre todo,
que los buenos sean buenos,
para que los malos dejen de serlo,
y que nunca ocurra lo contrario.

Amén.

domingo, 13 de enero de 2013

Materialismo Dialéctico

Es lo que surge cuando sumas "Shiki Haramitsu Daikomio" (Que la experiencia nos ayude a desarrollar la luz de nuestro interior hacia fuera, una plegaria que recitan juntos alumnos de la Bujinkan Budo Taijutsu antes de empezar la clase) con "Luz, fuego, destrucción" (Extracto de uno de los openings de Dragon Ball Z).

La conclusión es que la experiencia da "luz" a las personas, luz que puede crear destrucción. Es deber y necesidad de todo ser desarrollarse para adaptarse al medio, para defenderse de otros seres que también luchan por desarrollarse. Hay que recordar que los seres no se desarrollan hasta la supervivencia sino hasta donde pueden, a costa del resto de seres y del medio en general.

Son candelas las que deciden si un ser sobrevive, si tiene descendencia, si consigue proteger a sus seres queridos... todo depende de cuánto se desarrollen ellos mismos y los de su alrededor.

Si el evolucionismo estudia cómo unas especies se transforman según su relación con otras, consigo mismas y con el medio, el materialismo dialéctico se encarga de estudiar la lucha de poder entre conjuntos (no me voy a meter ahora en si son clases o qué son, u otro día o lea usted a un sociólogo) sociales, y cómo estos evolucionan, claro.

Otra cosa es que cumplan los objetivos de una ciencia: describir, explicar, predecir y solventar. Pero lo intentan, con más o menos acierto.

Volvamos con la premisa: La realidad influye en nosotros (intentamos que sea a bien) y nosotros influimos posteriormente en la realidad.

Es una premisa tan general que podría verse como el origen de todas las disputas. ¿Cómo observar? ¿Cómo comprender? ¿Cómo aplicar? ¿Cómo comprobar?

¿Lleva a algún sitio salir a la calle todos juntos gritando "manos arriba, esto es un atraco"? ¿Llega un momento en el que rendirse con un determinado objetivo? ¿Qué queremos de la realidad? ¿y "para"? ¿Desarrollarse o desarrollar a los demás es bueno?

Lo cierto es que el materialismo no debería dar ninguna respuesta a eso. Sólo debería tratar de predecir con suficiente precisión y con un sistema lo suficientemente claro para dar la decisión al ser que lo consulta. ¿Quiere usted contribuir a un mundo así o asá? Introduzca las decisiones del resto del planeta.

Es el principal error de construir una ciencia el obcecarse en este objetivo. Por eso describir y explicar son lo primero, después predecir y por último solventar, crear una aplicación que nos asegure un futuro.

La química ya ha conseguido crear cosas que sirven para algo. Que funcionan. Pero las ciencias más humanas siguen sin desarrollarse, y no parece que vayan a hacerlo.